Santa Luisa de Marillac

Luisa de Marillac vivió en París en el siglo XVII. Es la época que pinta de manera novelesca Víctor Hugo en Los tres mosqueteros. Nació el 12 de agosto de 1591 y murió el 15 de marzo de 1660. Pertenecía a una familia de la nobleza, los Marillac. Pero por no ser hija legítima, fue desheredada. De adolescente quiso ser capuchina, pero sus familiares, para tener influencia en la secretaría real, la obligaron a casarse con Antonio Le Gras, primer secretario de la Reina Madre, María de Médicis, Regente del Reino. Aunque sin agobios económicos, nunca tuvo una gran fortuna. Era encantadora en el trato, inteligente, pequeña, delgada y de salud fuerte.

Cuando tenía 33 años, tomó por director espiritual a Vicente de Paúl. Hasta entonces llevó una vida de mujer piadosa que hacía limosnas a los pobres y rezaba por ellos. San Vicente consiguió que ella se uniera a su proyecto de devolver a los pobres su dignidad humana y sus derechos, modernizar las instituciones para hacerlas más eficaces y crear otras nuevas para las nuevas necesidades. Formaron un equipo.

Luisa organizó una asociación de mujeres de clase sencilla, que el pueblo llamó Hijas de la Caridad por atender a los enfermos pobres que no tenían quien los cuidara en sus casas. Luego pasaron a organizar hospitales. Además de la técnica sanitaria, la limpieza y la formación espiritual, Luisa insistía en que pusieran calor humano a base de humildad, sencillez y amor. Organizó igualmente escuelas para niñas pobres.

A través de cartas y de viajes Luisa estaba en contacto con sus hijas. Dirigió la obra de los niños abandonados y la salvó durante la guerra civil de la Fronda, animó a las Hermanas que atendían a los galeotes, organizó las primeras Residencias de ancianos con talleres para que se sintieran útiles. Acogió a los inmigrantes que llegaban a París huyendo de las guerras, en especial a muchachas desamparadas. Siempre apareció alegre y tenaz.

Fue una mujer de Dios. El Papa Pío XI declaró santa a Luisa de Marillac en 1934, y Juan XXIII la declaró Patrona de los Asistentes Sociales.